Sir 35

El culto grato a Dios

1
1 ss. “Es interesante esta sección por el concepto espiritual que nos da del culto divino, muy en armonía con el Salmo 50, 8-15” (Nácar-Colunga). Sobre las normas que siguen véase 34, 21 ss.; I Reyes 15, 22; Salmo 4, 6; Isaías 1, 10-20; Jeremías 7, 3; 26, 13; Oseas 6, 6; Mateo 9, 13 y notas.
El que observa la Ley hace muchas oblaciones.

2Sacrificio de salud es guardar los mandamientos, y alejarse de toda iniquidad.

3Apartarse de la injusticia, es como ofrecer un sacrificio de propiciación por las injusticias, y remover la pena merecida por los pecados.

4Así como el que ofrece la flor de harina tributa gracias, así el que hace misericordia, ofrece un sacrificio.

5
5. El versículo 3 anticipa este concepto que muestra hasta dónde llega la misericordia de Dios que computa como reparación el simple cumplimiento del deber. Véase Salmo 50, 11 y 19; Proverbios 12, 12 y notas.
Agrada al Señor el huir de la iniquidad; y el alejarse de la injusticia es ofrecer una oración por los pecados.

6
6 s. Véase Éxodo 23, 15; 34, 20; Deuteronomio 16, 16. La Ley de Moisés comportaba la obligación de ofrecer víctimas, todas ellas acompañadas de justicia, obediencia y misericordia, como acabamos de ver. “Los justos son amigos de Dios; por el lazo de la caridad y de las virtudes le hablan familiarmente; y Él les oye y les atiende” (San Gregorio).
No comparezcas en la presencia del Señor con las manos vacías;

7porque todas esas cosas se hacen por mandamiento de Dios.

8
8. Engrasa el altar: Es la justicia, o sea la rectitud de corazón, lo que hace el sacrificio pingüe y agradable a Dios.
La oblación del justo engrasa el altar, y es un olor suave en la presencia del Altísimo.

9Acepto es el sacrificio del justo, y no se olvidará de él el Señor.

10Da con corazón generoso gloria a Dios, y no disminuyas las primicias de tus manos.

11
11 ss. Dios ama al que da con alegría (II Corintios 9, 7). Véase Tobías 4, 9; Hebreos 13, 17; Filemón 14. Siete veces más (versículo 13): Jesús va hasta ofrecer el céntuplo (Mateo 19, 29; Marcos 10, 30). Cf. Salmo 111, 9 y nota.
Todo lo que das, dalo con semblante alegre, y consagra tus diezmos con regocijo.

12Retribuye al Altísimo a proporción de lo que te ha dado, y preséntale con alegría ofrendas, según tus facultades;

13porque el Señor es remunerador, y te volverá siete veces más.

14
14 s. Sobre las víctimas defectuosas véase Levítico 22, 21; Deuteronomio 15, 21; sobre bienes adquiridos por medios ilegales, 34, 21 ss. y nota; sobre la acepción de personas, Deuteronomio 10, 17; II Paralipómenos 19, 7; Job 34, 19; Sabiduría 6, 8; Hechos 10, 34; Romanos 2, 11; Gálatas 2, 6; Colosenses 3, 25.
No le ofrezcas dones defectuosos; porque no le serán aceptos.

15Y no cuentes para nada un sacrificio injusto; porque el Señor es juez, y no tiene miramiento al rango de las personas.

Contra los opresores

16No hace el Señor acepción de personas en perjuicio del pobre; Él escucha las plegarias del injuriado.

17
17 ss. Véase las palabras de Jesús en Lucas 18, 7 ss. y las de Santiago (1, 27).
No desechará los ruegos del huérfano; ni a la viuda cuando, derramare sus gemidos.

18Las lágrimas de la viuda, que corren por sus mejillas, ¿no son por ventura otros tantos clamores contra aquel que se las hace derramar?

19Desde las mejillas suben hasta el cielo, y el Señor que la escucha, no las verá sin irritarse.

20Quien adora a Dios con buena voluntad, será protegido, y su oración llegará hasta las nubes.

21
21. La oración del humilde traspasará las nubes, etc. Y no se apartará hasta que la mire el Altísimo. De todo lo que la Biblia dice de la oración, es este el rasgo más consolador. La humildad da alas a la oración; sin las alas de la humildad la oración no puede levantarse, porque Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes (Santiago 4, 6). La oración del justo, dice San Agustín, es la llave del cielo; la oración sube, y la misericordia de Dios baja. Cf. Salmo 21, 25; 50, 18; 101, 18.
La oración del humilde traspasará las nubes, y no reposará hasta acercarse al Altísimo; del cual no se apartará hasta tanto que Él le mire.

22
22 s. Vemos cómo también las naciones serán juzgadas. Alude especialmente a los enemigos del pueblo judío, como se ve en la oración del capítulo siguiente. Véase Salmo 109, 5 s. y nota.
Y el Señor no dará largas, sino que vengará a los justos, y hará justicia; el Fortísimo no tendrá más paciencia con ellos, sino que quebrantará su espinazo.

23A las naciones les dará su merecido, hasta aniquilar la multitud de los soberbios, y desmenuzar los cetros de los inicuos;

24
24. De Adán: de los hombres herederos de su pecado. Falta en el texto original.
hasta dar el pago a los hombres según sus méritos, conforme a las obras de Adán y según su presunción;

25hasta que haya hecho justicia a su pueblo, y consolado con su misericordia a los justos.

26
26. De la tribulación; o sea, de la opresión (de Israel). Sobre la hermosa figura de la lluvia, véase Salmo 142, 1 y nota.
Amable es la misericordia de Dios en el tiempo de la tribulación. Es como las nubes de lluvia en tiempo de sequía.
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